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Efectivamente, por raro que hoy parezca, recibir un email en el año 1998 era algo esporádico, incluso ilusionante. y sobre todo algo moderno. Es de alabar que este éxito de taquilla (dirigido y protagonizado por los que ya triunfaron en «Sleepless in Seattle») usaran las nuevas tecnologías para actualizar el remake de la magistral «El bazar de las sorpresas» (The Shop Around the Corner, 1940), versión a su vez de «Tú y Yo» (An Affair to Remember, 1957). La película tiene cierto encanto, gracias principalmente al buen hacer de su agradable pareja principal. También mérito de la maestría de Hollywood a la hora de expender comedias de amor y lujo, prefabricadas e inocuas, que garantizan una respuesta del público tan positiva como la publicidad que obtuvo AOL -American On Line-, la fulgurante empresa de una incipiente Internet que patrocinó la película. Por cierto que tres años después AOL absorbió a la Warner; o sea, algo así como si la pequeña tienda de Meg comprara la megacadena de Tom. Curioso… ¿No?

«Su único defecto es que no es original, sino que se basa en «El bazar de las sorpresas», de Ernest Lubitsch (…) Por lo demás, casi todo bien: magnífica factura, ambientación y actores.»