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A principios del milenio los Estados Unidos parecían inmersos en una fiebre nostálgica que echaba mano de los éxitos del pasado, parecía inevitable que Tiny, Keyop, Jason, Mark y Princesa tuvieran su oportunidad. El célebre ilustrador se encargaría de las portadas y del argumento, dejando el peso del proyecto a dos autores poco conocidos: el guionista Munier Sharrief y el dibujante filipino Wilson Tortosa. Juntos arrostrarían con la tarea de llevar al Comando G al siglo veintiuno. La dificultad inicial del proyecto venía dada por la multiplicidad de versiones que circulaban por la memoria colectiva global. En el mercado estadounidense estaba presente el recuerdo de la falseada guerra estelar; en el latinoamericano había sido emitida una versión más próxima al original nipón, pero sin ser exactamente el mismo. Gracias a Dios, los autores decidieron ir a las exitosas raíces de la franquicia.

Gráficamente, Tortosa recrea muy bien con un estilo decididamente «amerimanga» el aspecto arquetípico de los personajes, tanto en su identidad civil como en la uniformada, lo que contrasta con el tono oscuro de la trama. Los personajes mantienen sus rasgos definitorios, aunque quien vuelva a ellos tendrá, insisto, la sensación de que son más desagradables de lo que recordaban. Por cuestiones evidentes, los nombres escogidos son los que introdujo la productora estadounidense, aunque el trasfondo sea el del original. La historia narrada tiene carácter fundacional, sentándose las bases del escenario en el que se va a desarrollar la misma: reunión del grupo; fricciones para que su funcionamiento sea óptimo; preparación, testeo y primera misión de la nave Fénix; plantado de misterios como la identidad de Zoltar, la conexión entre este y el mentor del Comando G o el origen del más joven de los miembros del equipo; uso moderado y en la sombra del elemento alienígena, para concluir en un climático enfrentamiento entre el grupo y las fuerzas de Spectra. En resumen, se trata de jugar con el factor nostálgico e intentar captar a nuevas generaciones a una franquicia que siempre ha tenido potencial.

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