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Hay un brujo en Champiñac (título original en francés: Il y a un sorcier à Champignac) es el segundo álbum de Spirou y Fantasio, con dibujo de André Franquin y guion de Henri Gillain. La obra fue serializada semanalmente en la revista belga Spirou de octubre de 1950 a mayo de 1951, antes de ser publicada en un volumen recopilado por Dupuis en noviembre de 1951. Considerada la primera historia larga de la serie,​ la trama narra los fenómenos extraños que Spirou y Fantasio afrontan al visitar el pueblo de Champiñac.

Spirou y Fantasio se disponen a pasar unos días de acampada en Champiñac del Campo (Champignac-en-Cambrousse), pero al llegar allí descubren que en el pueblo suceden una serie de fenómenos extraños: los animales cambian de color y tamaño, las vacas dan leche envenenada, y no dejan de aparecer setas por el suelo. El alcalde de Champiñac cree que todo es obra de un brujo y los vecinos acusan sin pruebas a un gitano que vive en una caravana, así que Spirou y Fantasio deciden investigar lo sucedido.

Franquin había asumido la autoría de Spirou y Fantasio en 1946 en reemplazo de Jijé, que había dejado Le Journal de Spirou para trabajar en otros proyectos. Hasta la fecha había publicado varias historias cortas, recopiladas en el álbum Cuatro aventuras de Spirou y Fantasio (1950), pero no encontraba ideas para una nueva obra y tuvo que pedir ayuda a su mentor. Jijé le recomendó trabajar con un guionista y le presentó a su hermano mayor, Henri Gillain, un profesor que había publicado novelas ligeras en varias revistas de Dupuis. De este modo, ambos autores comenzaron a perfilar una obra ambientada en una comunidad rural. El pueblo de Champiñac —cuyo nombre es un juego de palabras con la palabra champiñón— está inspirado en varios municipios de la Región Valona. Gillain había creado un escenario basado en su propio pueblo, Corbion (Bouillon, provincia de Luxemburgo), mientras que el castillo dibujado por Franquin, de estilo Luis XIII, es muy parecido al de la aldea de Skeuvre (Hamois, provincia de Namur).

El álbum refleja cambios en el dibujo de Franquin. Si las obras recopiladas en Cuatro aventuras de Spirou y Fantasio eran parecidas a las de Jijé, Hay un brujo en Champiñac desarrolla un estilo más humorístico, dinámico y caricaturesco sobre el cual sentaría las bases de su trabajo, dentro de la conocida como «Escuela de Marcinelle». Otro aspecto importante fue la introducción de personajes secundarios que más tarde serían recurrentes. El más importante de todos es el conde de Champiñac, presentado como un micólogo bienintencionado cuyos experimentos suelen causar problemas. También aparecen por primera vez el alcalde de Champiñac y el secretario Duplumier.

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