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Primera edición: 1968 | Editorial: Hachette Livre | 56 páginas | Guionista: René Goscinny | Dibujante: Albert Uderzo
El escudo arverno es el undécimo tomo de la serie de historietas Astérix creadas por Albert Uderzo (dibujos) y René Goscinny (guión).
Tras la derrota gala a manos de los romanos en la batalla de Alesia, el jefe de los galos, Vercingetórix, depositaba «en los pies» de Julio César su escudo, como símbolo de rendición. César deja abandonado el escudo, el cual va pasando sucesivamente por las manos de un arquero romano, un legionario, un centurión borracho, el dueño de una taberna y un anónimo guerrero galo superviviente. Algunos años después, en la aldea gala Abraracúrcix sufre una enfermedad de hígado, provocada por sus excesos en el último banquete. Para procurar su curación, Astérix y Obélix acompañan a su jefe a un balneario en Nemessos (actual Clermont-Ferrand), ciudad situada en el País Arverno. Mientras el jefe permanece en el balneario, Astérix y Obélix aprovechan para hacer turismo por la región. Durante su viaje, tienen un encuentro cerca de Gergovia con «Tulius Bolígrafus, enviado especial de Julio César». Astérix, ofendido por la prepotencia que exhibe éste, decide detener su marcha y la de su comitiva a mamporros. Tras dicho encuentro conocen al mercader de vinos y carbones Alámbix, quien, simpatizando con ellos tras ver cómo han derrotado a Bolígrafus, decide darles posada en su casa.
Enterado Julio César de esta «segunda derrota» de Gergovia, decide escarmentar definitivamente a los galos celebrando en Gergovia un triunfo a la manera gala, esto es, desfilando sobre el escudo de Vercingetórix. Viendo Tulius Bolígrafus que dicho escudo no se encuentra entre las posesiones de las campañas de César, y conminado por éste a encontrar el escudo auténtico («¡No puedo celebrar mi triunfo más que sobre el escudo arverno! ¡Es inútil intentar engañarme! ¡Engañar a César es engañar a los dioses, y la cólera de los dioses es terrible!»), los romanos emprenden una búsqueda desesperada para localizarlo. Los galos se enteran de las intenciones de los romanos a través de un espía borracho que visita la taberna de Alambix en busca de información, pero que se va de la lengua después de beber unas copas. Alarmado, Astérix decide emprender su propia búsqueda del escudo arverno para evitar darle a César ese triunfo.
Antes de crear la serie de Astérix, Goscinny y Uderzo habían tenido éxito con su serie Oumpah-pah, publicada en la revista Tintín.3 En 1959, el publicista François Clauteaux lanzó Pilote, una revista financiada por Radio Luxemburgo, y confió a Goscinny, Uderzo, Jean-Michel Charlier y Jean Hébrard la sección de historietas de la nueva revista.
Uderzo y Goscinny se ofrecieron primero a adaptar el Roman de Renart (una colección medieval francesa de historias de animales) y produjeron algunas tiras para la revista. Sin embargo, el dibujante Raymond Poïvet les informó que el dibujante Jean Trubert ya había realizado una tira cómica sobre el mismo tema para el periódico Vaillant. Decepcionados, buscaron una nueva idea. Dos meses antes de la publicación de la revista, se reunieron en el piso de Uderzo en Bobigny. A Goscinny se le ocurrió que hicieran una tira sobre el folclore francés y le pidió a Uderzo que le nombrara los principales períodos de la historia de Francia.
Uderzo comenzó con el Paleolítico y luego pasó a los galos, un período que era obvio porque nunca había sido representado en las historietas.6 En pocas horas, los dos socios crearon el pueblo galo y sus habitantes. Los primeros bocetos de Uderzo presentaban a Astérix como un guerrero galo tradicional enorme y fuerte. Sin embargo, Goscinny tenía una idea diferente en su mente, visualizando a Astérix como un guerrero astuto y pequeño que poseería inteligencia e ingenio más que fuerza bruta. Con todo, Uderzo consideró que el reducido héroe necesitaba un compañero fuerte pero con pocas luces, a lo que Goscinny accedió. Así nació Obélix. Astérix se publicó originalmente por entregas en Pilote, en cuyo primer número apareció el 29 de octubre de 1959. En 1961 se editó el primer álbum, titulado Astérix el Galo. A partir de entonces, se publicaron álbumes generalmente con carácter anual.
Su éxito fue exponencial: el primer álbum vendió 6.000 ejemplares en su año de publicación; un año después, el segundo vendió 20.000. En 1963, el tercero vendió 40.000; el cuarto, publicado en 1964, vendió 150.000. Un año más tarde, el quinto vendió 300.000 ejemplares; en 1966, Astérix y el combate de los jefes vendió 400.000 ejemplares en su publicación inicial. El noveno volumen de Astérix, cuando salió a la venta en 1967, vendió 1.2 millones de ejemplares en dos días. A pesar de la creciente popularidad de Astérix entre los lectores, el apoyo financiero a la publicación de Pilote cesó. La revista pasó entonces a manos de Georges Dargaud. La última historia de Astérix en la revista Pilote fue Astérix en Córcega, publicada en 1973 entre los números 68 y 70. Goscinny dejó la revista en 1974.

