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Primera edición: 1968 | Editorial: Hachette Livre | 56 páginas | Guionista: René Goscinny | Dibujante: Albert Uderzo

Astérix en los juegos olímpicos es el duodécimo tomo de la serie en español de historietas Astérix creadas por Albert Uderzo (dibujos) y René Goscinny (guion).

Un día, a fines de la primavera, Edadepiédrix está recogiendo champiñones cerca del campamento romano de Aquarium cuando oye fuertes gritos de alegría que vienen del recinto romano. Claudius Mulus ha sido seleccionado para representarlos en los Juegos Olímpicos. Edadepiédrix informa de esta noticia en la aldea y pronto se enteran de que los juegos olímpicos consisten en una tregua sagrada mantenida mientras se desarrollan diversas pruebas atléticas en la ciudad griega de Olimpia. Los juegos se realizan cada cuatro años, en el mes de hecatombeon y duran cinco días. Claudius Mulus se encuentra entrenando en el bosque cuando se cruza con Astérix y Obélix, que lo vencen en todas las pruebas. Regresa al campamento muy desmoralizado y le informa a su centurión, Tulius Borricus, que no quiere participar en los juegos porque ha sido vencido por dos galos en el bosque. Tulius Borricus va a la aldea de los galos y se entrevista con el jefe Abraracúrcix al que le solicita que sus galos dejen entrenar tranquilo a su campeón Mulus. El jefe galo le contesta que lo pensará y le contestará. Abraracúrcix, en reunión con los aldeanos, decide que lo mejor sería que ellos también participaran en los juegos, ya que con la poción mágica podrían ganar cualquier prueba. Abraracúrcix va al campamento romano y le cuenta al centurión Borricus lo decidido, pero este le responde que los juegos están reservados solo para los griegos y los romanos. Abraracúrcix regresa apesadumbrado a la aldea con la noticia, pero Astérix encuentra la solución: ellos, desde la conquista de la Galia por Julio César, también son romanos. En la aldea todos desean ser los representantes; pero hay un problema, las pruebas de clasificación terminan siempre en empate, pues la poción mágica les da idéntica fuerza a cada uno. Finalmente deciden que sus representantes en los juegos sean Astérix, por ser el más inteligente y el que tuvo la idea, y Obélix por tener la fuerza permanentemente. Además, todos los varones de la aldea los acompañan a Grecia …

Antes de crear la serie de Astérix, Goscinny y Uderzo habían tenido éxito con su serie Oumpah-pah, publicada en la revista Tintín.3​ En 1959, el publicista François Clauteaux lanzó Pilote, una revista financiada por Radio Luxemburgo, y confió a Goscinny, Uderzo, Jean-Michel Charlier y Jean Hébrard la sección de historietas de la nueva revista.

Uderzo y Goscinny se ofrecieron primero a adaptar el Roman de Renart (una colección medieval francesa de historias de animales) y produjeron algunas tiras para la revista. Sin embargo, el dibujante Raymond Poïvet les informó que el dibujante Jean Trubert ya había realizado una tira cómica sobre el mismo tema para el periódico Vaillant. Decepcionados, buscaron una nueva idea. Dos meses antes de la publicación de la revista, se reunieron en el piso de Uderzo en Bobigny.​ A Goscinny se le ocurrió que hicieran una tira sobre el folclore francés y le pidió a Uderzo que le nombrara los principales períodos de la historia de Francia.

Uderzo comenzó con el Paleolítico y luego pasó a los galos, un período que era obvio porque nunca había sido representado en las historietas.6​ En pocas horas, los dos socios crearon el pueblo galo y sus habitantes. Los primeros bocetos de Uderzo presentaban a Astérix como un guerrero galo tradicional enorme y fuerte. Sin embargo, Goscinny tenía una idea diferente en su mente, visualizando a Astérix como un guerrero astuto y pequeño que poseería inteligencia e ingenio más que fuerza bruta. Con todo, Uderzo consideró que el reducido héroe necesitaba un compañero fuerte pero con pocas luces, a lo que Goscinny accedió. Así nació Obélix. Astérix se publicó originalmente por entregas en Pilote, en cuyo primer número apareció el 29 de octubre de 1959.​ En 1961 se editó el primer álbum, titulado Astérix el Galo. A partir de entonces, se publicaron álbumes generalmente con carácter anual.

Su éxito fue exponencial: el primer álbum vendió 6.000 ejemplares en su año de publicación; un año después, el segundo vendió 20.000. En 1963, el tercero vendió 40.000; el cuarto, publicado en 1964, vendió 150.000. Un año más tarde, el quinto vendió 300.000 ejemplares; en 1966, Astérix y el combate de los jefes vendió 400.000 ejemplares en su publicación inicial. El noveno volumen de Astérix, cuando salió a la venta en 1967, vendió 1.2 millones de ejemplares en dos días. A pesar de la creciente popularidad de Astérix entre los lectores, el apoyo financiero a la publicación de Pilote cesó. La revista pasó entonces a manos de Georges Dargaud. La última historia de Astérix en la revista Pilote fue Astérix en Córcega, publicada en 1973 entre los números 68 y 70. Goscinny dejó la revista en 1974.

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